Gradualmente he ido perdiendo el pavor al conocimiento y a enfrentar la naturaleza majestuosa, adentrándome en el cobijo de la oscuridad nocturna. Los primeros pasos del camino no son cuantificables ni podrían ser señalados cronológicamente. Baste decir que todo cuanto realizamos como hombres es el resultado de nuestro poder personal. Poco a poco y cada vez más suavemente he dejado que el buen humor se tienda en el terreno de lo desconocido, no para perder el respeto, sino para hacer de este mundo algo menos aterrador.
Empiezo a aceptar mi suerte, empiezo a dar pasos guiados por una intención que se va volviendo más clara. Pero sobre todo ya no corro, empiezo a tomar en serio los consejos de los ángeles que me han hablado. El cambio es gradual, constante, sin ninguna prisa. Es más importante aprender a disfrutar del milagro en el que mora nuestro ser, cada instante. Cada pequeño instante, honrando a los acontecimientos pasados pero sin enfocarnos demasiado en ellos. Utilizándolos únicamente como puntos de referencia para no distraernos de lo único que realmente importa: Aquí y Ahora.
Confía en tu poder personal. Cambia tus sentimientos.
vgci